miércoles, 23 de septiembre de 2015

Loco de amor

Título original: Lovesick
Año: 2015
Duración: 100 min.
País: Estados Unidos
Género: Comedia romántica

Charlie Darby lo tiene todo a su favor: un gran trabajo como director de una escuela de primaria, grandes amigos y una vida maravillosa. La única cosa que Charlie no tiene es el amor, porque cada vez que empieza a enamorarse de una chica, sufre unos severos cambios en la química de su cerebro y se vuelve clínicamente demente. Cuando conoce a Molly Kingston, una ex bailarina que podría ser su pareja perfecta, Charlie se enfrenta a las consecuencias de su condición. Con la ayuda de su amigo Jason y el particular asesoramiento de su excéntrico vecino Lester, Charlie deberá encontrar una manera de superar su psicosis para tener una oportunidad en el amor verdadero.

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 Reconozco que siempre he tenido debilidad por las comedias románticas, siempre que me encuentro en uno de esos días de pereza total y encefalograma plano recurro a ellas y a buen montón de chocolate y porquerías para alcanzar el nirvana occidental más patético. Funciona, creedme. En fin, que cuando vi el trailer de esta película con Matt LeBlanc como protagonista, a quien todos conoceréis por la maravillosa, esplendorosa y genialosa serie Friends, supe que tenía que verla sin más dilación. 

 El argumento gira en torno a la vida de Charlie, un atractivo director de un colegio infantil que, tras haberlo dejado con su última novia conoce a Molly, una bailarina que cansada de aceptar trabajos de mierda, sueña con montar su propia escuela de baile. La química entre ellos será más que evidente desde el principio y los chicos no tardarán en enamorarse, sin embargo, hay un factor que no tardará en hacer tambalear la relación, la "enfermedad" de Charlie.


 Cada vez que Charlie se enamora de verdad entra en un estado de celos psicóticos, ve mentiras y supuestos amantes allá por donde mire, haciendo que se encuentre en un constante estado de alerta y causando situaciones tan delirantes y absurdas como divertidas. Gracias a su mejor amigo, Charlie llegará a ser plenamente consciente de su problema, pero ser consciente de algo no significa necesariamente que vayas a superarlo, y Molly, a pesar de estar enamorada de él, no tardará en cansarse de la situación.

 Reconozco que la idea es muy divertida y que Matt LeBlanc está especialmente atractivo en esta película, si ya era el guapo con mayusculas en Friends, el sex-appeal que le han ido añadiendo los años y las canas le hacen irresistible. Pero el conjunto total del film, no ha llegado a convencerme. 

 El personaje de Charlie es muy divertido y las pajas mentales que se monta, sin necesidad de mucho aliciente, me parecen un puntazo y pueden recordarnos a situaciones personales que más de uno habremos experimentado en alguna relación, sin llegar nunca a su nivel, por supuesto. A pesar de ello, durante toda la película he tenido la sensación de que faltaban escenas, de que necesitaba más información, más chicha. Es como si hubieran hecho un corta y pega para reducir los minutos de duración y la hubieran cagado mucho, muchísimo con ello.


 Además, y supongo que precisamente debido al punto anterior, hay unos cuantos personajes secundarios como el vecino pajillero, la pedagoga del colegio (interpretada por Kristen Johnston, de otra serie mítica, Cosas de Marcianos)  o el conjunto de todas las ex novias de Charlie, que apuntaban a dar muchos momentazos pero que debido a su corta aparición, se quedan en un simple "quiero y no puedo" que te deja un sabor de boca bastante agridulce.


 De todas formas la película se deja ver y estoy segura que los nostálgicos de Friends disfrutaréis con la interpretación de Matt LeBlanc. No os recomiendo que corráis a verla pero si algún día tenéis la oportunidad de tenerla de fondo mientras os echáis la siesta, pues eso que os lleváis. 

 ¿Alguien más la ha visto? ¿Me contáis vuestra opinión? 

jueves, 17 de septiembre de 2015

Al final de la calle 118 de Clara Cortés

Título: Al final de la calle 118
Autora: Clara Cortés
Editorial: Plataforma Neo
Edición: Tapa blanda con solapas
Páginas: 348
ISBN: 9788416429189
Precio: 16,90

Vivir al final de la calle 118 no es fácil.
La madre de Valeria y Raven las abandonó hace años sin dar explicaciones y ambas han tenido que aprender a ganarse la vida. Mientras Valeria tiene un insignificante trabajo como modelo, su hermana patea la ciudad en busca de hombres a los que seducir para pagar el alquiler a cambio de sus servicios. Valeria pensaba que todo seguiría así para siempre… hasta que escucha la música de aquel chico al final de la calle, junto a su casa, y sus miradas se cruzan.
Desde ese momento, una serie de curiosas coincidencias llevará a los personajes de esta novela a cambiar sus vidas como nunca se hubieran imaginado.

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 Al final de calle 118 ha sido el ganador de la tercera edición del Premio Literario LA CAIXA / PLATAFORMA, un certamen literario  gracias al cual ya llevamos tres años conociendo a jóvenes promesas de nuestra literatura nacional así que cuando tuve la oportunidad de echarle un ojo, no lo dudé ni por un instante.

 En esta su primera novela, Clara Cortés nos pone en la piel de Valeria, una joven de diecisiete años introvertida y amante de la lectura que trabaja como modelo y vive con su hermano mayor, Raven, que se dedica a la prostitución para mantenerlas a flote desde que la madre de ambas desapareciera sin dejar rastro años atrás.

 La relación entre Valeria y su hermana es bastante complicada, por lo que cuando la joven conoce por casualidad a Simon, un joven noble y transparente, amante de la música y con un claro interés hacia ella, no puede evitar refugiarse en su amistad.

 Valeria, a pesar de ser consciente de su increíble belleza y de estar acostumbrada a ese mundo tan superficial como es el de la moda, es un personaje inseguro e introvertido, como si de un patito feo se tratase y hasta podría decir que es excesivamente sosainas y tópica a veces, lo que hace que en ocasiones la lectura pueda llegar a hacerse lenta. Que es cierto que su vida es una completa mierda y podríamos achacar su patetismo a ello pero... ¡Un poco de sangre en las venas! 

 Simon, el chico mono y encantador, aparece en la trama ayudando a Valeria a confiar más en sí misma y se supone que para demostrarle que hay gente buena en el mundo y que se puede salir de todos los agujeros y bla bla bla y lo cierto es que yo esperaba encontrar en él una figura mucho más potente, que compensara en cierto modo las debilidades de Valeria pero para mi desgracia, encontramos en él a otro sin sangre que lo soluciona todo tocando la guitarrita con cara de cachorro abandonado.

 Raven, sin embargo, si que me ha parecido interesante y bien dibujada, con una historia muy potente a sus espaldas que la autora podría haber aprovechado mucho más... Es una mujer que lo ha perdido todo incluso antes de llegar a tener nada, sacrificándose en cuerpo y alma por una hermana que no puede evitar juzgarla y cargando en la más absoluta soledad secretos que podrán destruir a cualquiera.

 Además de que los personajes protagonistas no han llegado a encajarme demasiado, hay otro punto en esta novela que tampoco ha logrado convencerme. La trama pega un par de giros bastante sorpresivos, haciendo que lo que al principio parecía solamente una historia de amor adolescente, adquiera un toque de misterio y acabe llevándonos a un final que no se espera para nada y, aunque esto podría llegar a haber sido algo bueno, para mi gusto sobraba un poco, demasiado. 
 
 Quizás, si Clara Cortés hubiera sabido darle otro enfoque a la historia y haber dotado a su protagonista de una personalidad con mucha más chispa, la novela hubiera podido llegar a ser bastante más consistente. Es una trama que, pese a no ser demasiado original, tiene un potencial obvio, y no habiéndose ido tanto por las ramas podría haber construido una historia de amor cuqui y sentimentaloide que convenciera hasta al alma más dura. 

 Teniendo en cuanta la corta edad de la autora y que Al final de la calle 118 es su primera novela, no descarto leer sus próximos trabajos para ver la evolución de su escritura. 

 ¿Lo habéis leído? ¿Me contáis que os ha parecido a vosotros?

 Con la colaboración de Plataforma Neo.

sábado, 12 de septiembre de 2015

Siempre donde quieras de Diego Ojeda

Título: Siempre donde quieras
Autor: Diego Ojeda
Editorial: Espasa
Edición: Tapa blanda con solapas
Páginas: 210
ISBN: 9788467044867
Precio: 14,90

SIEMPRE DONDE QUIERAS no es sólo un poemario: es un cuaderno vital dividido en tres tiempos; un libro de canciones; un disco de poemas; un diario emocional de un gran año. Es el lugar perfecto en el que se unen los dos mundos de Diego Ojeda: poemas escritos a lápiz entre viajes, conciertos y recitales; canciones grabadas en el salón de casa con la misma emoción y cercanía que en cada uno de sus directos. Su chica guerrillera, una vez más, protagoniza todas sus revoluciones. Y le acompañan también sus amigos músicos y poetas: Rayden, Marwan, Elvira Sastre, Carlos Salem, Escandar Algeet y Fredi Leis. 

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 Como a mí, seguro que a la mayoría de vosotros os suena el nombre de este autor, Diego Ojeda, gracias a su anterior poemario, Mi chica revolucionaria, que vio la luz gracias a la editorial Frida, libro con el que consiguió adquirir gran fama sobre todo gracias al boca a boca y a las redes sociales. En esta ocasión, Diego Ojeda ha puesto sus poemas en manos de Espasa, editorial con la que probablemente logrará llegar a un público mucho más amplio.

 Lo cierto es que no me acerqué completamente virgen a sus palabras, había leído algunos de sus poemas colgados en la red y conocía su faceta en el mundo de la canción de autor gracias a mi afición a toda esa música moderna pero con aires nostálgicos que se cuece en cafés como el Libertad 8 de Madrid, herederos de la canción protesta, de la canción que sangra, de Krahe, de Sabina, incluso de Silvio.

 Diego Ojeda ya había conseguido captar mi atención antes de que este libro llegara a mis manos y por ello esperaba que con él lograra dar un paso más allá, esperaba tiroteos en el alma, pero no ha pasado de una leve brisa junto a mi oreja. Y lo siento, de verdad.

 No digo que sea un mal libro, ni que él me parezca un mal autor. Sin duda, tiene algunos versos brillantes y su forma de hacer poesía, tan Ángel Gonzalez de los suburbios de cualquier ciudad, me parece magnifica y necesaria, sobre todo para que un público para el que la palabra poesía no pasa de ser un tostón sobre el que hablan en las clases de lengua, comience a acercarse a ella con curiosidad y sintiéndose como en casa. Pero a mi me ha faltado ese no sé qué, esa mano que sale del libro y estrecha la que se abre paso entre mis tripas.

 El libro está ilustrado por Cristina Reina y tengo que decir que la edición es una puta monería, plagada de fotos, de mapas, de ilustraciones... Incluso cuenta con un CD en el que el autor canta acompañado de personajes como Rayden, Carlos Salem o Marwan, por el que tengo especial debilidad. 

 El poemario cuenta, además, con un prologo a manos de Irene X, con aire improvisado y sencillo, me ha resultado especialmente bello y enternecedor y me ha hecho firmar un pacto gracias al cual no tardaré demasiado en acercarme a sus letras. 

 ¿Os consideráis amantes de la poesía? ¿Me recomendáis algún poeta en particular? 
  
 Con la colaboración de Espasa.